lunes, 26 de marzo de 2018

TRANSFORMACIÓN INTERIOR



INTRODUCCIÓN.- Encontrarse así mismo, es algo que la mayoría de personas perseguimos, (Transformación Interior), a fin de orientar nuestra existencia, para lo que hay que descubrir que es lo verdaderamente importante,  (el dinero, el poder, el sexo, la amistad, la justicia, la espiritualidad, etc.), y como además he leído el libro, (La Libertad de Ser, de Annie Marquier), que lo explica de una forma clara, concreta y acertada, he decidido elaborar este trabajo a fin de sintetizar su contenido, lo máximo posible, para facilitar su utilización.
Todas las enseñanzas espirituales nos dicen que seamos auténticos, abiertos, alegres, que amemos, que no tengamos miedo, que vivamos en la luz; pero para vivirlo, no es suficiente con desearlo, sino que hay que hacerlo de una forma natural, lo que podemos conseguir si dominamos nuestro Verdadero Ser, (cuerpo, mente y espíritu), lo que no será fácil, si seguimos dependiendo del mecanismo de la mente inferior, pues aunque nos entusiasmamos al oír o leer bellas palabras, seguimos con nuestros fallos, porque no somos sinceros y no nos damos cuenta de que en el diálogo interno, seguimos escuchando al Ego, (depositario de nuestra negatividad), no al Verdadero Ser, (Espíritu Puro); aunque ya estaba escrito a la entrada del templo de Delfos: "Conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses".
POROCESO DE TRANSFORMACIÓN.- La posibilidad de evolucionar hacia un mundo mejor es posible, si nos decidimos a realizar una transformación interna, siguiendo unos principios generales que es muy útil conocer, porque el trabajo de transformación debe pasar por el desarrollo de la inteligencia que lleva a comprender el propio proceso y trabajar directamente con el "maestro interior", es decir, con la fuerza del alma, teniendo en cuenta, como poco:
1) La Calidad del Contexto.- Cuando se trabaja en un cambio de consciencia, nos damos cuenta de que lo importante, es el contexto, (conjunto de pensamientos y creencias, conscientes o inconscientes), que dan lugar a nuestras acciones, pues cuanto más claro sea el contexto, más rica es la experiencia, teniendo en cuenta estos aspectos: Del consciente, (ampliando nuestra percepción con la apertura del espíritu); Del inconsciente, (intentando deshacernos de los sistemas de percepción automática del inconsciente).
2) La pureza de intención.- La pureza de intención y la claridad de la motivación de es algo que atrae la atención del alma, (tanto más cuanto mayor sea la pureza), incluso los maestros espirituales, lo mencionan con frecuencia al recordar que tenemos que clarificar nuestras intenciones, (encontrar el motivo justo), pues el poder y los resultados dependen de la pureza de la intención, no las acciones exteriores, tanto en el mundo ordinario como en el del espíritu; dado que, lo que pensamos conscientemente, a menudo, es  distinto a lo del inconsciente, (liberemos del inconsciente), más fácil resultará tener una intención clara, bien orientada y firme.      
3) La fuerza de voluntad.- Para seguir la transformación interior, tenemos que desearlo ardientemente, pues tiene que ser el alma la que libre y consciente decida abordar el proceso, que es cuando interviene la voluntad, para avanzar por el camino de la espiritualidad, dado que cuando el alma empieza a manifestarse, el Ego se defiende tanto como puede, pues solo una voluntad inquebrantable, (algunos la han llamado fe), puede permitirnos superar las dificultades del camino, dado que cuando la voluntad y la intención se unen el trabajo de transformación interior es muy fuerte y los resultados no tardan en llegar, al abrirse la puerta a la energía del alma, porque el trabajo sobre el inconsciente, no puede hacerse más que si la persona ha tomado la decisión libre y consciente de hacerlo.
ETAPAS DEL PROCESO.- Respecto a los métodos que hay que utilizar en el proceso de la transformación interior, para algunos no hay como la meditación trascendental, (entre los que me encuentro), para otros es la enseñanza de algún maestro, otros optan por las técnicas emocionales; pero en cualquier caso, si queremos optimizar la consciencia, habrá que tratar sobre los tres aspectos de la misma: El inconsciente, el consciente y el supra-consciente:  
1) Aspectos del inconsciente.- Como en el inconsciente están las memorias del pasado, cuya negatividad la utiliza el Ego, es conveniente eliminarlas, mediante alguna técnica, (la autora del libro opta por la respiración completa), para dar paso a la utilización de la mente superior.        
2) Aspectos del consciente.- La mejor forma de utilizar el consciente es dominando todo lo que entra en su campo, esencialmente controlando los pensamientos y desarrollando la mente superior, (transformación consciente de lo que pensamos).       
3) Aspectos del supra-consciente.- la mejor forma de utilizar el sura-consciente es traer la consciencia del alma a la consciencia de la personalidad (Contacto consciente con el maestro interior).
Todo trabajo interior permite traer al campo consciente, tanto el inconsciente como el supra-consciente, liberando al consciente de la influencia del inconsciente, y posibilitando la manifestación consciente de las cualidades trascendentes del alma, o supra-consciente, en el mundo ordinario.  
Primera etapa, (Trabajo a nivel consciente).- Para llevar a cabo un trabajo eficaz en el campo del inconsciente, que consiste en conseguir que el alma domine a la personalidad, los primeros estadios que hay que abordar, son: A) Consciencia de sí mismo, (La observación de uno mismo conduce a la reflexión y se abre los caminos hacía una mayor  consciencia e irradiamos las cualidades del alma); B) Apertura a la energía del Ser, (Que la personalidad de paso a la energía del alma hace que sintamos una paz interior, como consecuencia da la actividad del Verdadero Ser); C) Llevar todo a la práctica, (Ponernos en la posición de testigo, para conocernos de verdad no ara juzgarnos;  Practicar los Valores del alma, porque están en resonancia con nuestra vedad; Desactivar las estrategias de la mete inferior, que nos ata al Ego; Ausencia de crítica destructiva, aunque tengamos la obligación de denunciar la injusticia; Saber elegir lo esencial que es todo lo que no se destruye con el tiempo).
Segunda etapa, (Trabajo sobre el inconsciente).- La tarea en esta etapa consiste en controlar la naturaleza emocional, para que sea realidad la transformación, teniendo claro que nuestra alma está abierta a la recepción de todas las formas de la vida divina con un cuerpo físico  a través del cual se pone de manifiesto el amor, pues la presencia del alma nos permite superar el domino emocional, desactivar las memorias del inconsciente, pone de manifiesto, la riqueza de nuestra alma, y que para hacerlo realidad, hay que profundizar en los siguientes aspectos del proceso de transformación:   
1) Desfase respecto del mundo.- Un aspecto que hay que afrontar es el desfase, respecto del mundo que nos rodea, pues cuando el Verdadero Ser se manifiesta, cambian nuestros valores, y nos sentimos desfasados en el mundo ordinario que no es el verdadero, sino el de la ilusión, porque el verdadero mundo es el que está por encima de la mente inferior, es el mundo del alma, en el que nos encontramos con los que nos sentimos unidos, a nivel espiritual. 
2) Dominio de la personalidad.- A pesar de la voluntad consciente para avanzar en el camino de la transformación interior, no es fácil mantener una conducta inspirada en el alma, por lo que habrá que desalojar del inconsciente las viejas memorias del pasado, porque son las que originan la falta del dominio emocional, a condición de permanecer en contacto con el maestro interior y continuar profundizando en la espiritualidad.
3) Trabajo energético.- Trabajando a nivel energético es muy importante, pues la energía y la consciencia están muy ligadas, dado que cuando elevamos nuestro nivel de consciencia, la frecuencia vibratoria se eleva y cambia la calidad de nuestra energía, lo que eleva el nivel consciente, pero para desalojar del inconsciente, las memorias negativas, hay que utilizar técnicas, como la respiración completa, la relajación y la meditación. 
4) Respiración completa y meditación.- La respiración completa y la meditación ejerce un control muy eficaz sobre los estados de consciencia, pues con ellas se accede fácilmente al inconsciente, a través del Verdadero Ser, porque la naturaleza hace bien las cosas, al dotarnos de la capacidad de desactivar las memorias del inconsciente, a través de la respiración, que pone en acción a la energía, que sigue al pensamiento, si este se alinea con el consciente del alma.  
Tercera etapa, (Práctica de la mente superior).- La transformación interna la de la consciencia mental, que lleva consigo el dominio de los otros dos cuerpos, (emocional y físico), por parte del Verdadero Ser, (cuerpo, mente y espíritu), mediante una elección consciente, haciendo trabajar a la luz del alma, para que se convierta en la sede de una transformación fundamental, con el fin de que potenciemos las cualidades de la mente superior, teniendo en cuanta algunos aspectos específicos, como los hemisferios cerebrales, (el hemisferio cerebral izquierdo, se dice que es racional y el derecho intuitivo); Pero aunque los dos son la expresión del sistema metal global y los dos tienen su parte inferior, (parte no dominada), y su parte superior, (abierta a la energía del alma), cada uno de ellos tienen sus propias funciones, pues la mente inferior utiliza las características inferiores de los dos hemisferios, mientras que el alma trata de utilizar el potencial contenido en las características superiores de ambos, a través de la mente superior, con lo se abre la puerta al dominio mental y, por tanto, a la energía del Verdadero Ser, teniendo en cuenta otras actividades, que aunque no llevan el calificativo de espirituales, nos permiten entrar en contacto con el alma, como son:
1) El arte.- La práctica del arte, sin tratar de obtener beneficio alguno, justo por el placer de hacerlo, es un apoyo importante para mantener el contacto con la energía del alma, por lo que todo proceso de transformación interior debería incluir, la experiencia de la creación artística, dado que el arte es la respiración del alma y permite acceder con facilidad a las profundidades del inconsciente y a las cumbres del supra-consciente, al provenir del contacto directo con la sabiduría y la belleza del alma.     
2) El silencio.- El que pretenda cruzar el umbral de la iniciación, no lo conseguirá sin haber aprendido antes el poder de la palabra y el poder del silencio, pues el silencio exterior favorece el silencio interior que proporciona mucha paz, al elegir las propias palabras y ser conscientes de las motivaciones reales que subyacen en ellas, y ayuda a conocer la mente inferior y a dominarla, pues si se habla con un fin altruista, para transmitir la energía del amor, se podrán vencer las dificultades de la iniciación.  
Cuarta etapa,(La emergencia de un mundo nuevo).- Si los seres humanos viviéramos en la consciencia del Verdadero Ser, o al menos diéramos prueba de un mínimo de buena voluntad para alcanzar ese nivel tendríamos, por cierto, el paraíso en la Tierra, pero por el momento hay mucho sufrimiento, y hay dos maneras de reaccionar ante esa realidad: A través de la mente emocional, (Que seguiríamos igual); A través de la mente superior, (Lo ideal).
A través de la mete superior.- Lógicamente la solución es elegir esta opción, pues hemos visto que las fuerzas de involución, que tienden a mantener los mecanismos del Ego, deben dejar paso a las fuerzas de la evolución, que harán, que cada ser humano viva según la voluntad de su alma. 
Somos conscientes de que el ser humano se comporta según dos niveles de consciencia: a) Por una parte, la consciencia del alma que se manifiesta a través de las personas generosas, íntegras y puestas al servicio de los demás, en su campo de acción; b) Por otra parte, la consciencia inferior con los abusos de poder y las actuaciones puestas al servicio del materialismo destructor, y es este nivel inferior de consciencia, el que genera la violencia y los sufrimientos procedentes del mecanismo de la mente inferior.  
Ahora que ya sabemos las causas por las que el mundo no funciona de la forma más adecuada, (bajo nivel de consciencia), nos tenemos que preguntar: ¿Podemos hacer algo para elevar el nivel de consciencia?. Parece que si podemos hacer algo y en dos forma: 1) Acción interna, (Asumiendo los valores que nos dignifican); 2) Acción externa, (Potenciando el cambio que proviene de la transformación interior).
1) Acción interna, (Practicar los valores del alma).- Que una masa significativa de personas pase de la consciencia del Ego a la del Alma, parece una utopía, pero puede producirse gracias al fenómeno de los Campos Morfogenéticos de la Información, (Si un nº suficiente de individuos adquiere un conocimiento, el resto de la especie lo adquiere con mucha facilidad); con lo que se puede crear una masa crítica, de personas que mejore el mundo; porque si alguien consigue dominar la mente inferior y desarrollar la mente superior, más accesible le resulta, ese dominio, al resto de la humanidad.
2) Acción externa, (Acciones prácticas de transformación).- Para contribuir al cambio de consciencia de la humanidad, la actuación concreta de cada uno ha de ser tal, que ponga de manifiesto, su propio cambio de consciencia, lo que serán eficaz si la motivación procede del Alma y no del Ego, porque si procede de las cualidades del alma, los resultados serán beneficiosos para todos, dado que el resultado de una acción no proviene de la acción, en sí misma, sino de la intención que subyace en ella.
La transformación interna tiene que ser una actitud de responsabilidad, de apertura, de buena voluntad, para poner de manifiesto en nuestras acciones cotidianas los valores superiores, que nos dignifican, actuando por el bien común, con todos los recursos disponible, en función de las alternativas que nos solicita el alma: 1) Retirarse de las viejas organizaciones, que actúan basándose en los mecanismos de la consciencia inferior; 2) Construir nuestra sociedad con unos sistemas nuevos procedentes de la consciencia superior.     
  
Logroño a 21 de marzo de 2018
Julio de la Cruz Blázquez

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