LA
IGLESIA DEL SIGLO XXI
INTRODUCCIÓN.-
Analizando
la historia del mundo parece evidente que cuando un sistema de gobierno u
organización se fundamenta solo en el materialismo a ultranza, termina
destruyendo o alienando a los ciudadanos que lo constituyen, porque desaparece
la paz, la justicia, la libertad y se impone a la fuerza la violencia, la
injusticia, el clientelismo y el abuso de poder por lo que no se puede
conseguir el objetivo de ser felices con todos, ni vivir dignamente, tal como
se puede observar en los ejemplos de la Rusia comunista, la Cuba de Fidel
Castro, los países del telón de acero, el Chile de Pinochet y la Alemania de
Hitler, al igual que ocurrió en los sistemas teocráticos de Afganistan, con los
talibanes y en Irán con Jomeini; pero también se producen injusticias y
discriminaciones en los sistemas neoliberales del mundo occidental, encabezado
por EE.UU, que tienen un sistema de seguridad social muy deficiente, siendo el
país más poderoso del mundo actual.
Por el contrario cuando se
implanta sistemas fundamentados en los Valores que nos dignifican, (libertad,
igualdad, paz, democracia, solidaridad, responsabilida, ejemplaridad, etc.),
como en algunos países europeos, se consiguen resolver un buen porcentaje de
los problemas reales de las personas, y se ha conseguido separar el poder religioso
del poder político, para que cada uno se dedique a sus propios fines, lo que ha
resultado ser positivo para los ciudadanos, (pertenecientes a los Estados) y
para los fieles de las diferentes Iglesias, porque: 1) Se consigue vivir dignamente; 2) Vivir en paz; 3)
Disfrutar de la igualdad; 4)
Disfrutar de la diversidad; 5) Etc.
; aunque se hayan quedado pendientes
otros asuntos, de gran importancia para la modernización de la Iglesia, sin
renunciar a los principios básicos de los evangelios, como son: El tema del celibato;
La participación de la mujer y de los seglares en todos los ámbitos de la
Iglesia; El acceso al sacerdocio y la profundización en la democracia dentro de
la Iglesia; La separación de la función administrativa de la pastoral, para que la práctica de la primera
no desvirtúe a la segunda; La autenticidad en la trasmisión del Mensaje de
Jesús; Etc. etc. etc.; aspectos sobre los que vamos a reflexionar
seguidamente:
1.-
El celibato.- De acuerdo con lo que dijo Jesús, el
celibato es voluntario, e incluso existen personas que nacieron así y otras que
lo asumen por alguna causa especial, (como por el Reino de los Cielos), pues
Mateo en su evangelio, dice quien pueda entender que entienda, (Mateo. 19,
10-12), e incluso en los primeros tiempos de la Iglesia había presbíteros que
estaban casados, luego parece lógico que la jerarquía deje en libertad a todos
sus miembros para elegir su estado, (casado, célibe).
2.-
La mujer en la Iglesia.- El hecho de que la mujer no participe
en todos los ámbitos de la Iglesia, es posible que fuese porque en la época de
Jesús las mujeres no eran iguales a los varones, como ocurre actualmente en
muchos de los países del mundo; pero en el cristianismo eso no tiene sentido,
porque Jesús después de resucitar, a las primeras que se apareció fue a las
mujeres, y Mª Magdalena fue la primera de los discípulos de Jesús, y en su vida
pública tuvo siempre muy presentes a las mujeres, con a Marta y María,
(hermanas de Lázaro), o la mujer adúltera evitó que la apedrearan, en contra de
la costumbre de aquel momento´
Por otra parte, todos los
seres humanos somos hijos de Dios y, por tanto somos hermanos y, como tales,
tenemos que ser iguales ante todos los demás, luego la mujer debe tener los
mismos derechos y deberes en todos los ámbitos de la Iglesia, en función
exclusiva de si nivel de conversión y ejemplaridad, como cualquier otro
cristiano.
3.-
Acceso al sacerdocio.- En estos momentos solo se puede llegar a
ser sacerdote si se es varón y se superan los cursos establecidos en los
seminarios; pero yo que he sido monaguillo y he participado en diversas
comunidades cristianas, he conocido a sacerdotes con falta de fe y a seglares
profundamente convertidos; razón por lo que pienso que los sacerdotes deberían
ser elegidos democráticamente, por los fieles de cada comunidad, entre aquellos
que sean los más convertidos y los más ejemplares de los miembros de dicha
comunidad, aunque tengan que superar una formación básica para poder celebrar
cualquiera de los sacramentos y actos litúrgicos correspondientes.
Así mismo los accesos a
otros cargos eclesiásticos, como obispos, cardenales y papas, deberían ser
elegidos democráticamente, por la comunidad cristiana, entre las personas que
sean propuestas por dicha comunidad, (seglares, sacerdotes, obispos,
cardenales), aunque no ocupen un puesto inferior al que se pretende acceder;
teniendo que asistir a los cursos que sean necesarios para poder desempeñar el
puesto para el que hayan sido elegidos.
4.-
Separación de funciones.- En el momento actual los sacerdotes,
de la mayor parte de las iglesias, no solo realizan su función pastoral si no
que ejercen funciones administrativas y económicas, con lo que en muchos casos,
se ve dificultada e incluso olvidada la función pastoral, luego desde mi punto
de vista la función principal de los sacerdotes es la sacerdotal, por lo que
las funciones económicas y administrativas las debe ejercer algún seglar,
elegido democráticamente por la comunidad, entre los más ejemplares como
personas.
5.-
Autenticidad del mensaje de Jesús.- Si profundizamos en el
mensaje de Jesús, es fácil darse cuente de su positividad para conseguir
mejorar el mundo, pero desde mi punto de vista, los cristianos no hemos sabido trasmitir
dicho mensaje con la debida eficacia, porque el mundo actual se ha
materializado de forma generalizada, lo que ha dado origen a que los valores
que nos dignifican brillen por su ausencia; luego es evidente que los cristianos
de hoy tenemos que optimizar la forma de transmitir el Mensaje de Jesús;
utilizando para ello los grupos de reflexión, que deberían estar funcionando,
de forma masiva, en cada parroquia.
6.-
La iglesia y la ética.- Otro aspecto de capital importancia para
la Iglesia del siglo xxi, es la elección, por parte de la misma, es la
definición de los Valores éticos que defiende, que naturalmente tienen que ser,
como mínimo, los que nos dignifican: La libertad, La igualdad, La justicia, La
paz, La democracia, La solidaridad, La ejemplaridad, La racionalidad, La
honestidad; que no se pueden confundir, del todo, con la moral religiosa, que
predican los diez mandamientos y las bienaventuranzas.
7.-
La iglesia y la ley.- En el mundo occidental, pero sobre todo en
el mundo islámico, la moral religiosa influye de una forma esencial, en el
establecimiento de la legislación, lo que en el siglo xxi, es necesario evitar,
dado que la ley es la que regula convivencia entre todos los ciudadanos, por lo
que esta no puede basarse en la moral religiosa, si no en la Ética Universal
del Bien Común, (Compartir todo con todos, en todo memento, sobre todo la
sabiduría), que si fuera asumidas por porcentaje elevado de ciudadanos
conseguiríamos el objetivo universal de ser más felices con todos, no los más
felices de todos
8.-
La iglesia y la ciencia.- Desde el principio de los tiempos,
las Iglesias y la ciencia, aunque persiguen lo mismo, (descubrir la verdad),
han seguido caminos paralelos, pero casi siempre enfrentados, posiblemente: Porque
la Iglesia se ha ocupado de explicar la idea de la trascendencia y la esencia
de la existencia, a partir de las siguientes preguntas, (¿de dónde
venimos?, ¿nos creó Dios?, ¿existe
Dios?); mientras que la ciencia, trata de descubrir la verdad, de explicar el
mundo en que vivimos y descubrir el por que de lo que sucede, vemos y sentimos,
de forma empírica; pero sin darnos cuenta de que lo que dicen los científicos
no siempre es ciencia, dado que para serlo, se tiene que comprobar de forma
empírica, y no siempre se cumple esta condición, como en el BIG BANG, que los
científicos afirman que es la forma en que se creó el mundo, y no se puede
comprobar empíricamente, luego esta afirmación no es científica, aunque lo
digan algunos científicos.
9.-
La espiritualidad.- Como el objetivo último del ser humano,
normalmente constituido, es conseguir ser feliz con todos, no ser el más feliz
de todos, para conseguirlo es necesario elegir como primer valor la dignidad
del ser humano, lo que se consigue practicando la solidaridad, la justicia, la
igualdad y consiguiendo un alto nivel de espiritualidad, que en principio la
potencian las religiones, relegando a un último lugar los aspectos materiales;
aunque lo primero que hay que conseguir para sentirnos felices, es satisfacer
nuestras necesidades, que según el psicólogo Maslow, su orden es: Primero las
materiales, (comida, bebida, casa, vestido, recursos); Segundo psíquicas,
(poder, amor, pertenencia, autoestima); Tercero, espirituales, (creatividad,
realización personal, trascendencia), luego la espiritualidad se busca cuando
hemos alcanzado un alto nivel de maduración personal, lo que se consigue con
una formación bien orientada, lo que nos indica que la formación permanente es
de vital importancia para conseguir un alto nivel de realización personal y
alcanza el objetivo de ser más felices con todos.
10.-
Participación de los seglares.- Durante toda la historia
de la Iglesia, las trasmisión del mensaje de Jesús se ha realizado de forma
autoritaria, (Del Papa a los cardenales, de los cardenales a los obispos, de
los obispos a los sacerdotes, de los sacerdotes a los seglares), en cuyo
proceso, estos últimos solo han estado de seres pasivos y casi nunca han
participado, ni en la administración y gestión de los recursos de la Iglesia, y
mucho menos en la transmisión del mensaje de Jesús, porque a mis padres no les
permitían ni leer la Biblia; lo que desde mi punto de vista ha sido un gran
error, dado que después de veinte siglos, el mundo occidental, (donde vivimos
la mayoría de los cristianos), lo que estamos practicando es un materialismo a
ultranza, en el que todo se vende, (hasta las personas), y la corrupción ha penetrado
hasta los que detentan el poder; luego es evidente, que la participación de los
seglares en todas las actividades de la Iglesia del siglo xxi, es necesaria, si
queremos mejorarla desde dentro.
11.-
La función de la iglesia en el mundo.- La función de la Iglesia
en el mundo está clara desde que Jesús nos trasmitió su mensaje, y no es otra
que implar su reino y su justicia, como nos dijo en el texto de Mateo, 6,
31-33: "No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué
vamos a beber?, ¿con que vamos a vestirnos?. Que por todas esas cosas se afanan
los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo
eso. Buscad primero su Reino y su
justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura".
También en el evangelio de San Juan, versículo
18, 36-37, dijo Jesús: "Mi Reino no es de este mundo, si mi Reino fuese de
este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos;
pero mi Reino no es de aquí, entonces dijo Pilatos: ¿luego tu eres rey?.
Respondió Jesús: Si como dices soy Rey, yo para esto he nacido y para esto he
venido al mundo; Para ser Testigo de la
Verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz".
Es
la primera vez que me he dado cuenta de la profundidad de este texto; pues
según dijo Jesus: vino para ser testigo de la verdad; luego si queremos un
mundo mejor: "todos, no solo los
creyentes, tenemos que ser testigos de la verdad".
Pero
antes tenemos que descubrir cuál es la Verdad; que para los creyentes es la que
nos enseñan los textos religiosos, que normalmente nos orientan para practicar
el amor al prójimo, lo que es bueno para conseguir un mundo mejor; pero para
los no creyentes no es tan fácil encontrar la Verdad, porque hay unos que creen
que es el dinero, otros que es el sexo, otros el poder; y si son coherentes con
esas verdades, es evidente que el mundo no va a mejorar, porque eso nos lleva
al enfrentamiento, la desigualdad y la injusticia; luego si profundizamos en el
tema; lo ideal sería: Elegir una Verdad que podamos asumir una gran mayoría de
personas, (seamos de cualquier ideología o de cualquier religión), que cumpla
con los criterios que establece la filosofía para poder elegirla como tal, que
tiene que ser: 1) De gran valor,
(Algo que una gran mayoría valoremos mucho); 2) De ámbito universal, (Que una gran mayoría lo aceptemos como
bueno); 3) Fácil de argumentar, (Que
la mayoría lo entendamos fácilmente).
Desde
mi particular punto de vista, la Verdad que cumple estos puntos de partida, es la
que elije como Criterio Ético del Bien
Común, (Compartir todo con todos, en todo momento, sobre todo la
sabiduría), que por otra parte, puede ser asumida por la mayoría de personas de
buena voluntad.
Por otra parte, si para ser
felices lo primero que tenemos que hacer es satisfacer nuestras necesidades,
para conseguirlo es necesario que todos tengamos un puesto de trabajo
suficientemente remunerado, luego todos los seres humanos tendríamos que
empezar a trabajar para crear puestos de trabajo para todos los ciudadanos, con
lo que se terminaría la desigualdad y el hambre en el mundo, no con el objetivo
de ganar dinero, como promueve el materialismo y las leyes del mercado, sino
para poner de manifiesto el amor al prójimo, ser solidario y servir a nuestros
hermanos.
Por último, el texto de
Mateo, 28, 19-20, nos muestra como Jesús nos dijo que empezáramos a trasmitir
su mensaje: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar
todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los
días hasta el fin del mundo.
12.-
Trasmitir el mensaje de Jesús con eficacia.- Como consecuencia
de haber sido profesor durante varios años, en la escuela de ingenieros aeronáuticos,
participar frecuentemente en las comunidades cristianas a las que he
pertenecido y leer a otros autores expertos en la enseñanza, creo que una
manera eficaz de trasmitir cualquier sabiduría, (el conocimiento puesto al
servicio del bien común), es: 1) Descubrir
y potenciar las aptitudes de cada alumno, sobre todo la creatividad, porque lo que se aprende, se hace con mucha
facilidad al practicar algo que nos resulta agradable; 2) Aprender por uno mismo, reflexionando sobre cada interrogante,
(el denominado método socrático, del antiguo filósofo griego Sócrates); 3) Descubrir cual es lo verdaderamente
importante, (la sabiduría que nos hace libres, con la que nos realizamos
como personas). Poniendo en práctica esto tres puntos, podremos conseguir la
mayor cantidad posible de puestos de trabajo, que es el gran problema del mundo
actual, que hay que resolver.
Logroño a 27 de diciembre de 2018
Julio de la Cruz Blázquez
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